Lo que veíamos en series y películas de ciencia ficción sobre los alcances y avances de la inteligencia artificial materializada en máquinas, robots o cyborgs (mezcla de humano y máquina) ya no es solo un cuento, ni está en el futuro lejano.
Diferentes estadísticas y estudios, como las publicadas por la consultora Asgard, o Global AI Talent, entre otras que veremos a continuación, nos enseñan cómo la aplicación de la inteligencia artificial se instala en las agendas de países del primer mundo y a su vez, a menor escala, se habla de inteligencia artificial en Latinoamérica.
Con un 40 % de empresas de inteligencia artificial presentes en el país y más de 16 agencias del gobierno apoyando desde lo financiero (con más de mil millones de dólares) y lo político a las empresas de IA, Estados Unidos se convierte en el líder la lista.
China
150 mil millones para invertir hasta 2030 en inteligencia artificial meten en esta lista a China, la superpotencia que tiene 11 empresas relacionadas con el tema.
Israel
La relación entre el ejército israelí y el sector digital se han convertido en una de las mayores fortalezas de este país para verse como líderes en lo que tiene que ver con inteligencia artificial.
En la actualidad cuentan con una cuota del 11 % del mercado con solo 8,5 millones de ciudadanos aproximadamente.
Reino Unido
El continente europeo tiene su propio representante. El Reino Unido tiene una cuota de participación de 7 % y es uno de los que cuenta con mayor inversión privada para inteligencia artificial. Se estima que cuentan con más de 120 empresas potenciadas por inteligencia artificial.
Canadá
Con una participación del 3,8 % en el mercado, Canadá busca superar al Reino Unido y a China en representación por inteligencia artificial.
Su fuerte es el deep learning y su inversión es cercana a los 125 millones a largo plazo.
Brasil
Aunque está en la posición número 17 del ranquin es el único país latinoamericano con presencia.
¿En qué campos se puede implementar la inteligencia artificial?
Industria tecnológica:
La IA está presente en numerosas tecnologías y productos, como asistentes virtuales (por ejemplo, Siri, Alexa), reconocimiento de voz, traducción automática, análisis de datos, motores de búsqueda, vehículos autónomos y sistemas de recomendación en plataformas digitales.
Salud:
La IA se utiliza en la medicina para mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Se aplican técnicas de aprendizaje automático para analizar grandes volúmenes de datos médicos, como imágenes de resonancia magnética y tomografías computarizadas, y ayudar a los médicos a tomar decisiones más precisas. También se utiliza en el descubrimiento de fármacos y en la monitorización de pacientes.
Finanzas:
En el sector financiero, la IA se utiliza para el análisis de riesgos, la detección de fraudes, el comercio algorítmico y la gestión de carteras. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar grandes cantidades de datos financieros en tiempo real para tomar decisiones de inversión y optimizar estrategias comerciales.
Automatización industrial:
La IA se aplica en la automatización de procesos industriales, como la robótica avanzada, el control de calidad, la gestión de la cadena de suministro y la optimización de la producción. Los sistemas de IA pueden mejorar la eficiencia y la precisión en la fabricación y reducir los costos operativos.
Servicio al cliente:
Las empresas utilizan chatbots impulsados por IA para brindar atención al cliente automatizada y personalizada. Estos chatbots pueden responder preguntas, proporcionar recomendaciones y resolver problemas comunes de manera eficiente, mejorando la experiencia del cliente.
Conocida como una megatendencia, la inteligencia artificial (IA) está presente en diferentes escenarios, tanto públicos como privados, avances tecnológicos y sectores económicos.
Algunos ejemplos de inteligencia artificial en la vida cotidiana se dan en la medicina, en el funcionamiento de las ciudades, la seguridad, la educación, la ciberseguridad o en diferentes industrias como la agrícola y el retail.
También, en desarrollos más presentes en nuestro día a día, como el reconocimiento facial, el teclado predictivo, las recomendaciones musicales o de videos, los sistemas de navegación, los asistentes virtuales controlados por voz y hasta los carros autónomos.